NO SOY UN MATUDO

Conocedor de lo que te atrae, de todos tus planes, tus ambiciones y deseos, eso soy, un triste consciente de lo que tú eres, del origen del que has llegado y hacia donde te diriges. Y sé que no encuentro cabida en tus preferencias y mucho menos en tu vida, porque en mi no hallas lo que necesitas para alegrar tu mañanas y llenar de pasión esas eternas noches de insomnio.

No luzco como aquellos, que me roban tus miradas y atención cuando vamos por la calle, uno junto al otro, unión efímera y casual, que para ti no tiene mayor significado, pero para mi es la ilusión que aviva este espíritu combativo que no se resigna a perder la posibilidad de apropiarme de ti.

En efecto, no soy un matudo, mi cabellera larga no es, no conozco la música que disfrutas tanto, no comparto tu visión del futuro, no me gusta el pan, el helado tampoco, nuestros caminos son muy distintos, pero el destino se encargó de combinar dos antagonistas de la vida.

Aunque sabes y lo has soñado, disfrutas esas diferencias cuya afortunada mezcla crea una atmósfera mágica y cálida, que de a poco se clava más en tu mente y hace que un cabellocorto como yo, tenga cada día más presencia en tu cotidiana y adorable inmadurez.

El deseo sangrante en mi alma llevo, anhelado robo de tu suspiro, y asalto a tu mente y vida presente como futura, que los pasados se queden fuera de nosotros, porque por ellos ya nada se puede hacer, y acomete la sabia resignación del tiempo perdido y no compartido. No pretendas ignorarme porque sabes que ya no puedes.

Te lo advierto, nunca bajes la guardia frente a mi porque cuando lo hagas sentirás la humedad de mis labios, y no podrás escapar nunca de ellos, olvidarás todas tus concepciones y principios en mis brazos, te abandonarás y nunca regresarán a tu mente aquellas virtudes que tanto admiras de los matudos, de esos que no soy, pero en cambio quedarás prendada de los defectos y adversidades que le acompañan a este cabellocorto que te habla.