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viernes, 18 de junio de 2010

REFLEXIONES DE UN ENFERMO…











Hoy después de tantos días y episodios difíciles, me han informado de algo que yo ya presentía…

Lo sé desde hace mucho tiempo, estoy enfermo, soy portador de ese mal que aqueja a tantas almas que deambulan en la postmodernidad, soy víctima del trajín de la vida actual que enferma y envenena el espíritu, lo quebranta y eventualmente lo destruye…

La preocupación de los enfermos como yo, es el daño que le hacemos a los seres que más amamos, a los que nos toleran, o simplemente a aquellos con los que convivimos, los que repentinamente y por una situación incidental, se creen con el derecho de decirnos neuróticos, enfermos incluso payasos, aún ellos representan una preocupación para nosotros, porque no queremos dañar, no importando que sus palabras nos hieran el alma que ya de por sí está muy lastimada, porque ignoran que a los enfermos, no se nos puede decir enfermos, a los locos no se nos puede decir locos, a los neuróticos no se nos puede decir neuróticos y a los payasos… bien gracias…

Pero… y a ustedes los cuerdos, sanos y normales ¿les lastima que se les diga cuerdos, sanos y normales? ¿esas palabras las reciben con la gran carga destructiva, que nosotros los enfermos sentimos cuando nos identifican con una simple e innegable característica de nuestras personalidades?

Recuerdo que antes, cuando no estaba tan mal o al menos no lo sabía, y era un pequeñito, un cuerdito, escuché una canción, a su protagonista lo condenaron por su chifladura a vivir de nuevo con la gente, vestido de cordura…., lo condenaron a vivir vestido de cordura, …lo condenaron a vivir con los demás… LO CONDENARON




Que ignominia imponerle los grilletes de la cordura, para no ser un enfermo del alma, para vivir con los demás, con los normales, con los cuerdos para ser de aquellos que sabiéndose sanos actúan sin reflexionar y que de manera consciente dañan lo que su inconciencia les oculta, yo enfermo sé que puedo dañar y me preocupo por no hacerlo, acudo a las sabias consideraciones del galeno para que me cure y no procure más daño, pero tu cuerdo y sano te has preguntado ¿si dañas? ¿Por qué dañas? ¿Te das cuenta que lo haces?

En ese estado de salud, es normal llamarme enfermo, neurótico, payaso, es normal que no atiendas a mis peticiones y súplicas, es normal que hagas lo que no me gusta y que te imploro que evites.

Para nosotros los enfermos, tu salud nos es lacerante, hiriente, destructiva y para ustedes sanos ¿cómo les resulta nuestro mal?

enfermedad, ¿Enfermedad?, ENFERMEDAD, que me obliga a reflexionar, pensar y valorar y sólo entonces actuar sin pretender dañar, bendita enfermedad que me impone la preocupación por todos los demás, que me impide aceptar situaciones humillantes mucho menos de los seres que creo amar, que me permite darme cuenta de la terrible y funesta situación de los cuerdos…

Hoy después de tantos días y episodios difíciles, me han informado de algo que yo ya presentía, estoy enfermo, ESTOY ENFERMO, DIOS BENDIGA A MI ENFERMEDAD…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quién en este stresada existencia no tiene un poco de enfermo? Todos.....
Intenso lo q scribes, me gusto.

Carlos Vilaró dijo...

Vos escribis muy directo y fuerte, parece que vos me habes descrito a mi. Me ha gustado tu blog.
SALUDOS DESDE URUGUAY

Anónimo dijo...

...cuerdos, locos, enfermos, incomprendidos, son algunas palabras que usamos para etiquetar a la gente que hace algo diferente y es CUESTINAR. Es de lo mejor que he leído de tí niño.

Anónimo dijo...
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