LA INSUFICIENCIA DEL AMAR

En ocasiones como esta, me doy cuenta que no es posible vencer mis limitantes, que aún cuando tengo a quien amar, me siento sin amor, aún cuando estoy con gente en mi derredor, estoy totalmente sólo.

Trato de expresarme gritando mi soledad, me hundo en el inmenso océano del infinito abandonado a mi suerte, no existe quien me rescate de este tormento absoluto, ni siquiera lo intentan.

Permanente estado de agotamiento, insatisfacción, frustración, soledad, la insuficiencia del amor me ha alcanzado y soy su rehén perpetuo, no logro hacerme comprender, me encuentro en un sueño en el que le grito a todo mundo lo que siento, pero nadie me escucha, nadie me presta atención, nadie me comprende, nadie, nunca, nada...

Soy como un fantasma que deambúla en una búsqueda eterna e inagotable, no tengo fin, ni principio, sólo estoy, de alguna manera permanezco, pero no existe sentimiento humano alguno que me consuele, no hay razón que me explique la razón, el ser.

No estoy, desde luego en el paraíso, tampoco en el infierno, el purgatorio no existe, quisiera estar en él para pertenecer a un entorno, aún respirando me ahogo, lanzo gritos mudos que se oyen pero no soy escuchado. La eterna reflexión, ser o no ser, cobra un irónico y nuevo sentido, quiero no puedo, puedo no quiero, amo no soy amado.

Nada es suficiente, la necesidad persiste, es como una eterna e insaciable sed compulsiva e incontrolable, he llegado al punto sin retorno, al último peldaño de la conciencia , a donde nadie nunca ha querido estar, en la insuficiencia del amar.

En este estado evolutivo advierto que ese pretendido sentimiento absoluto que todo lo puede y todo lo vence, que satisface y da felicidad, que se presupone inmutable en su estado más ideal, y al que todos quieren llegar, no existe, es un mito confeccionado para dar esperanza y hacer tolerable nuestro camino.

Quién puede decir que ha besado al amor en los labios y ha permanecido junto a quien lo representa, nadie, todos reconocemos un gran amor en nuestras vidas, único, el verdadero, lo trágico y permanente denominador es que se encuentra ausente.

El verdadero amor, es el ausente, amamos ausencias no presencias, por eso se concluye contundente e irremediablemente en la insuficiencia del amar.