(ES ÉL)
Abdiel le hemos llamado desde hace dos años, no sabemos su edad, él la desconoce, cuando lo encontramos no podía hablar –¿alguna enfermedad?-le pregunté, no, es que no sabía, tendría 42 años, lo encontramos en un hospital muy mal, tenía maltrecho su cuerpo, múltiples fracturas, casi pierde el ojo izquierdo, pero sobre todo, quedó dañado su cerebro. Recibió un golpe tremendo en la cabeza, los doctores dicen que era un milagro mantenerse con vida pero seguramente se convertiría en un incapaz pues con la inflamación cerebral provocada por ese golpe, debió perder todas sus funciones motrices, como ya dije debía morir.
-¿pero qué le ocurrió?
- Abdiel, era un
profesionista exitoso, ¡pero un verdadero demonio!, no sabes lo cruel que era, (debo confesar que cometí un gravísimo error, me dejé guiar por su mirada y no
analicé todo el rostro de mi nuevo amigo y fue hasta ese momento, cuando
advertí la dureza de sus facciones) -sí se le ven las marcas de su carácter-le
dije, tenía una esposa y dos hijos, lo que podríamos llamar una verdadera vida y
familia perfectas.
De muchacho, era alegre pero tímido, más cuando fue
creciendo su carácter se agrió en la medida en que las presiones que
descansaban en sus hombros fueron incrementándose, debido sin duda a su habilidad innata con los números, era un genio de las finanzas.
Por eso, se dejó seducir por lo superfluo por la banalidad, debo
serle honesto, tuvo cuanta mujer quiso, y según me dicen eran verdaderas
bellezas, pero lo curioso es que ninguna de ella quiso obtener algo de su
dinero, pues consciente estaba que lo que tenía, todo era para sus hijos, era
más o menos leal digamos.
-Pero siendo alguien tan abominable, ¿por qué tenía entonces
tanto éxito con las mujeres?
-No he dicho que fuera abominable, Abdiel era un tipo
romántico con buena verborrea y además obsérvalo, no es desagradable para ustedes.
Pero eso es lo de menos, el adoraba a su familia, pero no podía expresarlo, era
un incapaz emocional, su mujer e hijos le temían, era colérico, intolerante,
aprehensivo, todo un psicópata, disfrutaba del dolor físico, aunque esto pocos
lo sabían ya podrá imaginar quienes eran sus víctimas…
-¿Sus mujeres?
-En efecto, Abdiel era un sádico en su variada intimidad, lo
más curioso es que no lo abandonaban por ello, muy por el contrario…
- Señor es que para todo hay, para todo
-Cierto pero esto rebasaba cualquier medida de sana
intensidad, no importando eso realmente lo llegaban a amar a pesar de sus
patologías, tipo afortunado en este sentido, era un ser rodeado de amor, pero de interior frío y conflictuado, por ello
no logro entender el porque, pues además de la violencia física, cuando se
enfurecía era muy hiriente y humillante, pero eso sí, nunca golpeó a ninguna de
ellas, al menos fuera de la cama.
Era de verdad un
enigma, -¿por qué?- bueno es que el tenía muchas tonalidades en su personalidad,
¿se sorprendería si le digo que es esta persona colérica, soberbia e hiriente era
capaz de tener gran sensibilidad. Sí Abdiel era muy sensible, al grado de derramar alguna lágrima
furtivamente en la ópera, aunque le aterraba ser sorprendido, y se cansó de
enterrar esa emotividad y la tradujo en furia, de alguna manera debía salir
todo lo que sus entrañas guardaban.
-Desde luego, no creo que una persona capaz de dañar a sus
semejantes pueda tener ese tipo de emociones por el bel canto, eso es para
gente muy sensible.
-Y por qué Abdiel no
sería una de ellas, piense si todos los matices de su personalidad no se debían
a esa enorme e incontrolada sensibilidad, así como pasional para la intimidad,
se puede ser para cada uno de los aspectos de la vida ¡para todos!, dese cuenta
estamos hablando de un ser totalmente congruente, que vivía intensamente cada
experiencia solo eso. Y esto, creo yo no es condenable, solo habría que
contemplarlo así, en su real dimensión.
-Qué difícil es eso, contemplar a alguien en su real
dimensión, pero no por ello es tolerable que una personalidad dañe a los que
más quiere.
-En efecto señorita, tiene mucha razón,
-Pero dígame señor, un personaje tan fuerte qué tuvo que
vivir para llegar a ser lo que es en este momento…
Al hacer esta pregunta jamás me imaginé lo que iba a
escuchar algo como esto…
3 comentarios:
Complicadísimo Abdiel y mujeres desesperadas por eso sólo fueron momentos. Cada uno de nosotros es la suma total de todos los momentos que vivimos con toda la gente que conocimos y esos momentos son nuestra historia de vida como los más grandes éxitos o fracasos de recuerdos que pasamos y volvemos a pasar en la mente una y otra vez.
La descripción de Abdiel, es muy semejante a la de alguien que quisiera tener entre mis brazos.
JA JA JA JA JA, Cada loco con su tema. Casi todos los hombres son como Abdiel tiernos, sensibles, intensos y lujuriosos lo malo es que también terminan como él con el tiempo sin memoria y en su casa con su familia.
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