FUEGO
Y un buen día una reminiscencia al Fuego abordó, nostálgico, distraído se le advirtió y es que a su memoria acudió la ocasión en que amor sintió.
Y un buen día una reminiscencia al Fuego abordó, nostálgico, distraído se le advirtió y es que a su memoria acudió la ocasión en que amor sintió.
Sí ¿por qué no? el Fuego tiene derecho a amar, más sin embargo
no quisiera él recordar, a quien le provocó tal mal.
Como es natural el amor por el Fuego experimentado intenso
fue, no por tratarse del amor en sí mismo, sino
porque nuestro ígneo amigo todo con intensidad debe experimentar, su
vibrar, su andar, su devastar y su amar, no tiene comparación con lo visto en
cualquier ocasión.
Así cuando más lejos se encontraba de su hogar una
refrescante presencia observó, ¡el agua! con singular brío vociferó. Tan transparente,
fresca, libre ella, caudalosa, y escurridiza, pero de andar tan aprisa que fría
parecía.
Más a la opuesta atracción esa indiferencia fría, poco le
preocupó, el principio feliz sería, las coincidencias los aproximaban, y posiblemente…
un amor surgía.
Al menos así pensaba el Fuego, impetuoso al fin, qué le
podríamos pedir si por toda su vida así se le veía.
Más en detalles no me entretendré, pero si mencionaré que al
ardoroso y pasional amigo nuestro, el agua pretendió cambiar, lo que le hizo
hacer transitar al ritmo de su frío andar.
Cosa más absurda jamás nadie vio, ¿el fuego frío acaso
podría ser?, jamás eso se pudo ver, aunque sin dudar él si lo tuvo que
considerar, pues al miserable un intenso mal le aquejaba, un amor incontrolable
que su voluntad le resquebrajaba.
Ocasión feliz fue el día en que citado estaba al borde de un
bosque, donde esperando a su dominante amada se encontraba, el tiempo pasaba y
ella no llegaba, impaciente acudió a buscarla, y la encontró por al aire
ocupada.
Encolerizó el Fuego, y dejó de ser frío para tomar su
violenta temperatura y brioso espíritu, recordar es menester que toda emoción en
él es de gran dimensión, más en esta ocasión su poder se multiplicó, por los
torpes esfuerzos del viento que lo avivó, al grado que en el agua el amor
evaporó.
No la dañó, mas la olvidó, habrase visto tal desfachatez –decía
él- a mi convertirme en frío o indiferente jamás, he de preferir en otra piel
mi amor vaciar, una piel que soporte mi intensidad y me trate con amabilidad,
eso sí que he de valorar.
Marchó, y hoy, sólo por hoy recordó, lo demás será materia
de otra historia por contar.
Arde Fuego, con intensidad, pues esa es tu naturalidad, la
frialdad e indiferencia no se te da, no es de tu propiedad. ¡Arde Fuego! Pasional,
impulsivo e impetuoso busca a alguien en quien saciar tu necesidad clamorosa de
amar.
ARDE FUEGO
3 comentarios:
Buen ritmo, realmente vas mejorando, siempre compartes nuevas alternativas, llenas de pasión. Gracias, muy interesante!!!
Reunir a los elementos de la naturaleza para escribir el sentir es grandioso, pero no olvidemos que esos elementos como los sentimientos se tiene que hacer crecer porque si no se disipan con el tiempo.
Un saludo, no acudo seguido a tu blog pero es bueno.
Que fuego el tuyo tan pasional, aunque al agua le fue muy mal, aún así esos dos elementos pudieran unirse en lo que creó que sería una memorable ocasión
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